jueves, 17 de julio de 2014

Capítulo Trescientos Veinte

ESTRELLA


En la noche cuando escuches de algún lugar la oración de una chica, será el soliloquio de una pequeña estrella, en la noche cuando escuches la confesión de amor de un chico, será el descarte de una pequeña estrella.

A veces cuando miro el cielo en la noche, formas de luz que nunca he visto antes flotan, ¿eso es un satélite artificial?  Deseo que fuera una estrella de esas estrellas que nunca se ausentan, nosotros no los vemos lo que pasa es que los viejos ojos del cielo  se han vuelto oscuros, las estrellas aún brillan te lo aseguro.

Brilla pequeña estrella por favor brilla sobre mi. ¿Qué pasa ahora? ¿acaso lo que veo es correcto? En el cielo oriental y el cielo occidental todos son cielos una estrella se dirige hacia a mi, por favor deja a mi estrella emerger en la noche.

Estrella hermosa estrella ¿cómo puedo brillar como tu estrella?  Seré capaz de ser la estrella de alguien así, estrella hermosa estrella, si pudiera, quisiera brillar así, quiero ser una pequeña estrella que brille en alguien.



-Amaranth (AKMU) 

martes, 15 de julio de 2014

Capítulo Trescientos Diecinueve

                                  23:23


Mi máquina del tiempo y mi visión futurista parecen haberse averiado, en mi mundo las cosas no van bien bueno no como las esperaba.

Detesto el absurdo insomnio que me persigue desde hace días y que sólo me obliga a escribir, como parte de un castigo, recordar todo sin restricciones no es buena idea, no cuando las cosas malas se juntan con las cosas buenas y hacen de todos mis pensamientos una pesadilla.

Extraño ser quien era, pero estoy buscandome otra vez, intentó recuperar lo perdido pero no logró hacerlo, no logró retener ningún sentimiento que me ayude a continuar y no dejar que él se marche pero no encuentro que decir, me siento enojada conmigo, con el y todas nuestras oraciones mal estructuradas. Me siento molesta con el sentimiento que se vio marchitado por todas las cosas que la gente susurra mis oídos, por todas esas cosas sin sentido que nos alejaban por momentos.

Me siento molesta por los planes que tenía por todas esas cosas que hoy parecen ya imposibles.

-Einor.

 

lunes, 14 de julio de 2014

Capítulo Trescientos Diecisiete

                                             Rosal

No le pertenezco a nadie, más que a mi misma, ni siquiera soy del viento aunque sea tan natural no me muevo por el, me han dicho que me asemejo más a un rosal...

Aún recuerdo sus palabras:

"No eres del viento pues del viento son los espíritus muertos, seres capaces de creerse libres, sin darse cuenta que carecen totalmente de libertad ya que están condenados a ir a donde el viento los lleve, pero tu querida, tu eres del rosal, no de esas rosas modernas que se las planta en cualquier lugar y crecen,  sino más bien de esas silvestres, de las que crecen sin necesidad de que alguien las cuide todo el tiempo, de las que regalan su exquisito aroma a todos, de las que son de colores vistosos, de las que te atraen a primera vista, de esas que tienen espinos fuertes que no dejaran que les arranquen su espíritu fácilmente, de esas que tengo plantadas en mi jardín. Eres ese rosal que crece en cualquier lugar que sienta que es el correcto, que lucha contra el frío, la necedad  eres de esas flores que dejan sus pétalos y semillas en todo lado al que van, de esas flores a la que todos pueden ver pero pocos las pueden poseer mucho menos en su máximo esplendor. Eres de esas rosas que si carecen de tacto podrían perderte pero a su ves si exceden en cuidados también lo harán. Eres de un rosal y no del viento porque del viento solo son esos espíritus incapaces de sentir, de esos que tienen miedo de todo y sólo esperan que alguien los lleve cada vez que hay un problema pero en ti cada vez que  miró tus ojos veo un espíritu nuevo uno que ya no se ve en la juventud, que si bien no es del todo libre veo que puedes parecer tan sutil, tan tierna, tan fragil como una rosa pero a su vez puedes ser tan fuerte, tan amenazante como sus espinas que son parte del rosal que le hacen ser a un rosal lo que es, eres un rosal y estas en su pleno esplendor."
C. E.T.

... Sin embargo me encuentro arraigando mis raíces.

Einor.

domingo, 13 de julio de 2014

Capitulo Trescientos Dieciséis

Cirugía Cardiotoraccica

Para completar mi felicidad solo falta que tomes mi mano, que me abraces debajo del árbol y que cuando me mires a los sientas aquella sensación de falta de aire.

Llegando está el momento, no sé porque me siento tan ansiosa, no había suspirado con tanta felicidad en tanto tiempo pero es que ahora creo en el destino, y tu me dijiste que también lo haces, entonces dime ¿ahora si crees ya que nuestros corazones laten al mismo ritmo? Aún sigo pensando que es el destino.

Nuestros corazones están formando una sinfonía imparable llena de buenos y gratos sentimientos, gracias a ti estoy sonriendo de manera incansable, incluso lloré de felicidad, gracias a ti mi buen doctor, estoy sintiendo que mi mente y corazón se están abriendo hacia nuevas oportunidades.

No vayas en busca de las leyes que eso a ti no te va, mejor actúa como solo tu lo sabes hacer, curando corazones eres el mejor, así que debes realizar un "save" lo más rápido posible, aunque ya no se realicen esas operaciones debes hacerlo.

Siento que he vuelto a renacer por tu cirugía, siento que mi sonrisa ha vuelto de manera definitiva, siento que esto verdaderamente es para mi y que debo hacer todo para poder cumplir este gran y enorme sueño, y es que si, así soy no me gustan las cosas fáciles así que nos veremos en un largo tiempo y te sentirás orgulloso de mi.

-Amaranth

miércoles, 9 de julio de 2014

Capítulo Trescientos Quince

                                                      Te lo dije

Lo sabía pero no quería creerlo, lo presentía pero no quería escuchar a mi mente ni a mi corazón y es más los obligue a ponerse de acuerdo e inclusive ignore comentarios, todo para escuchar el "te lo dije" de todos ellos juntos.

Estaba  al borde de caer e inclusive iba a saltar, miedo? Lo tenía pero no me importaba arriesgarme sin embargo algo muy dentro de mi me dejo llevar un paracaídas conmigo, el cual en un no muy lejano tiempo me permitiría salvarme.

Y la palabra confianza retumba con fuerza  en mi mente, la he perdido no por completo pero ya no esta como antes, no se si regrese o no, olvide preguntarle cuando volvería. 

Pude haberle dicho que lo quería a cada segundo pero algo en mi me decía mantén la calma, pude abrazarlo tan fuerte y no dejarlo ir, pude aferrarme a él pero la interferencia no me lo permitió.

Siempre estuve a punto de confesarle todo lo que empezaba a provocar en mi desde las sonrisas cuando pronunciaban su nombre hasta las frases que había inspirado en las noches.

Estaba cayendo lentamente, me dejaba atrapar pero las interferencias no me permitían caer como lo hubiera hecho.

Siempre he detestado que las personas alivien su conciencia con palabras lindas, con buenas acciones con hipocresías y lo detesto tanto que por eso mi corazón al mínimo contacto con ellas las rechaza y no me permite acercarme a ellas. Y desteté haber sentido eso con él y con algunos de sus allegados porque era una señal de que una tormenta se acercaba era señal de que estaba equivocada de que no debía caer. 

En fin gracias por todo lo que fue y más aún por lo que no fue, gracias por enseñarme a confiar en mis presentimientos y que no siempre arriesgarse es una buena opción. 

Solo espero que la tristeza no venga con retardo...

-Einor.

martes, 8 de julio de 2014

Capítulo Trescientos Catorce

EL TIEMPO FLUYE CON FACILIDAD

No hay tal cosa como una promesa eterna, incluso las palabras que nos susurrábamos mientras nos mirábamos; aquellas palabras que se dispersan como el polvo que esta cubriendo el cielo, nuestros recuerdos se encuentran separados como si fuéramos dos simples extraños. 

Extraños que a duras penas recuerdan sus nombres, extraños que no saben acerca de las casualidades del destino, aquellos extraños que saben tanto el uno del otro que no se esmeran por conocer un poco mas acerca de ellos mismos. 

El tiempo fluye con facilidad, al tiempo no le importa si dos personas que un día se conocía de manera temible entre si lleguen un día a olvidarse, son las personas mismas las que crean aquella gran distancia entre el tiempo; aquel espacio galáctico, aquel espacio que podría ser contado en años luz que hace que su corazón pierda la memoria y que la memoria pierda su corazón.

Es muy fácil para el corazón mentir acerca de sus sentimientos y muy fácil para el cerebro mentir por sus conocimientos, es avaricia, aquella avaricia que fluye con facilidad, aquel sentimiento que se pierde con el tiempo que vuela con el viento y que solamente va dejando millones de kilómetros de distancia entre memorias, es muy difícil volver a armar aquellas memorias, es quizá el rompecabezas más difícil del mundo. 

Y con el tiempo se olvidaran con el tiempo que fluye con facilidad dejaran de pensarse, es más ya ni siquiera se piensan, cada uno ha tomado su camino, cada uno ha encontrad un nuevo amor, pero en su corazón quedó una cicatriz impregnada, aquella cicatriz que un día prometieron no crear, ellos solamente querían ser como el aire fresco de otoño que no lastima pero han dejado un profundo hoyo en la memoria de su corazón haciendo que el mismo pierda sus recuerdos. 

Amaranth

domingo, 6 de julio de 2014

Capítulo Trescientos Trece

 
                                                                    Tormenta

Habria llorado ahi mismo al minimo contacto, al pronunciar cualquier palabra. Debió ser sincera y decir que esperaba mucho más pues su ingenuidad  la llevaba a creer que él la conocia y que habia escuchado con atención todo lo que tiempo atrás le habia contado pero tal parece que él solo oia, asi como se oye el claxon de un auto y el murmullo de la gente diciendo cosas que no  interesan. 

Tal parece estaba sumamente equivocada asi como cuando espero que el tomara su mano pero no lo hizo y ese fue el detonante que diera rienda a un largo tormento. 

Fue una de esas tormentas que te inundan el corazón y que te hacen ser sólo apariencia. Desvelo por aquí y por allá pisadas en círculos sin salidas y lágrimas latentes en cada momento, cada segundo, cada minuto y cada hora se convirtieron en un suplicio. Perdería la cabeza y solo así, se había decidido a hacer algo que jamás pensó  que haría, estaba decidida escribiría absolutamente todo lo que había visto en la mirada de su amado la última vez que lo vio, escribiria todo lo que sentía desde que todo comenzó y sobre todas las cosas caóticas y no tan caóticas, se sinceraría todo lo que podía y al final de todo le diría te quiero, un te quiero diferente a los otros uno lleno de todo ese cariño que tenía miedo a sentir y se disculparía por todo y por nada. 

Ilusa muchacha si bien no había escrito nada, había pensado en todo en cada palabra, cada oración, cada frase y cada párrafo que escribiría  pero por azar del destino o por su suerte inexistente habían llegado las palabras de personas correctas a sus oídos, su mundo parecía haberse caído fue lento no tan doloroso pero dolió, si debía  ser positiva en ese momento pensó en que lo único bueno había sido no haber escuchado lo que "su amado" había dicho y las risas que había generado en su corte de amparo. 

Las  palabras se esfumaron, sus ojos tan solo se inundaron sin embargo una nueva escritura en ella se desarrolló estaba llena de nada, no sentía nada más que no sea un te lo dije por parte de su razón. Si había algo porque alegrarse era que su cordura regreso y que su corazón noble jamás lo odio. 

-Einor