domingo, 6 de julio de 2014

Capítulo Trescientos Trece

 
                                                                    Tormenta

Habria llorado ahi mismo al minimo contacto, al pronunciar cualquier palabra. Debió ser sincera y decir que esperaba mucho más pues su ingenuidad  la llevaba a creer que él la conocia y que habia escuchado con atención todo lo que tiempo atrás le habia contado pero tal parece que él solo oia, asi como se oye el claxon de un auto y el murmullo de la gente diciendo cosas que no  interesan. 

Tal parece estaba sumamente equivocada asi como cuando espero que el tomara su mano pero no lo hizo y ese fue el detonante que diera rienda a un largo tormento. 

Fue una de esas tormentas que te inundan el corazón y que te hacen ser sólo apariencia. Desvelo por aquí y por allá pisadas en círculos sin salidas y lágrimas latentes en cada momento, cada segundo, cada minuto y cada hora se convirtieron en un suplicio. Perdería la cabeza y solo así, se había decidido a hacer algo que jamás pensó  que haría, estaba decidida escribiría absolutamente todo lo que había visto en la mirada de su amado la última vez que lo vio, escribiria todo lo que sentía desde que todo comenzó y sobre todas las cosas caóticas y no tan caóticas, se sinceraría todo lo que podía y al final de todo le diría te quiero, un te quiero diferente a los otros uno lleno de todo ese cariño que tenía miedo a sentir y se disculparía por todo y por nada. 

Ilusa muchacha si bien no había escrito nada, había pensado en todo en cada palabra, cada oración, cada frase y cada párrafo que escribiría  pero por azar del destino o por su suerte inexistente habían llegado las palabras de personas correctas a sus oídos, su mundo parecía haberse caído fue lento no tan doloroso pero dolió, si debía  ser positiva en ese momento pensó en que lo único bueno había sido no haber escuchado lo que "su amado" había dicho y las risas que había generado en su corte de amparo. 

Las  palabras se esfumaron, sus ojos tan solo se inundaron sin embargo una nueva escritura en ella se desarrolló estaba llena de nada, no sentía nada más que no sea un te lo dije por parte de su razón. Si había algo porque alegrarse era que su cordura regreso y que su corazón noble jamás lo odio. 

-Einor

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