sábado, 26 de diciembre de 2020

Capitulo Quinientos Doce


Colección 

Habitar en el bosque, ahora, se siente normal. Al igual que el dejar ir los escenarios en los que el mundo se articulaba a nuestros sueños. Voy entendiendo lo sinuoso del camino y el  hecho de que no puedas tomar mi mano, supongo que pase gran tiempo en la negación porque solo podía ver la tragedia.

 Aún te extraño y te amo, te lo he dicho y también he aprendido a  callarlo, quizá ahora no es el momento de hacer un gran evento de ello. He intentado escribirte cartas pero me pregunto si para ti solo serán palabras o también si será agotador leerme. Detesto no saber que hacer, no encontrar las palabras adecuadas ni actuar como se espera que actué, no sé que se supone que deba hacer, ¿Qué es lo correcto ahora? 

Este tiempo ha sido del ir y retornar, de escribir frases cortas, sin mayor sentido para intentar encontrarme en lo mal - dicho. Ha sido un tiempo de rabia de furia de no saber que hacer, de contener y de llorar en las noches por lo abrumado que se ha hecho el vivir o mi mal vivir. 

Si bien siempre tengo respuestas para todo aún para lo inexplicable e inentendible ninguna me convence. No entiendo como todo mi razonamiento se queda  en la nada cuando me cuestiono a mi misma, no sabia que mis sentimientos eran tan obstinados, no sabia que no me gustaba ver. 

Tengo un pie en donde no pasa nada y otro en donde el mundo se desborda, me pregunto que elegiré. Aunque esos días no existen, estoy perdida en ellos. Y todo sigue pasando rápido y las noticias siguen llegando y yo me muevo pero es un auspicio del viento. La verdad aún no sé lo que estoy haciendo. 

Lo interesante de las crisis es que solo llegan, son imprevisibles y casi siempre su factor desencadenante es el que menos aporte tiene pero que al dar el golpe final se le atribuye la responsabilidad. 

-Einor

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