miércoles, 14 de junio de 2023

Capítulo Quinientos cuarenta y dos

13 días 


 Han transcurrido 13 días desde el último abrazo, la última caricia y el último beso... estos días todo me pone más nostálgica que de costumbre y entonces empiezo a extrañar lo cotidiano. 

En realidad debo confesar que intentaba no pensar en lo mucho que te extrañaba hasta que recibí la noticia de que encontrar(nos)(te) tardará un poco más de lo esperado, y de repente todo lo contenido emergió y desde ahí las noches me hacen derramar una que otra lagrima, porque en las noches mi sensibilidad puede más. 

 Es inevitable, donde quiera que miró estás, desde mis mañanas despeinadas y lo mucho que te gusta que peine mi cabello, cada vez que mis agujetas se sueltan y no estás tu para ayudarme a atarlos correctamente, a la hora de comer y no estás para compartir mi comida o para decirme que debo comer todo para estar sana, cuando veo cosas chistosas y no estas para mostrarte y reírte pero decirme que es un chiste agrio, las siestas de fin de semana que no tienen tus abrazos, las largas caminatas y tus quejas, las desveladas y las canciones en el carro, las golosinas y nuestro escondite... creo que no puedo nombrar todo pero esas son unas de las tantas cosas que extraño de hacer juntos. También extraño a tu familia, los desayunos y anécdotas de tu pa, los chistes de tu hermano, el cariño de tu abuelita y las reflexiones de vida de tu ma... también ver televisión juntos, que definitivamente no era solo ver televisión sino risas, comida, historias... debo confesar que los días sin ellos también son extraños. Asi como los días sin Avelino y sus ronquidos y sin chivata come medias. Han habido otros días pero hoy solo puedo hablar de lo mucho que te extraño y de lo pronto que deseo verte.


 -Einor

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