miércoles, 26 de mayo de 2021

Capitulo Quinientos Treinta y Siete


Adiós 24

Había bautizado a los 24 como la impredecibilidad, porque todo llego a mi vida maneras inesperadas, en tiempos inimaginados, porque despertaba y era una persona diferente porque cada momento me hacia desconocerme y aprender a reconocer quien soy. 

Suena a muchas cosas pasando, los 24 años fueron de aprender a llorar, aprender a reír, aprender a conocer el dolor, de los insomnios en su máximo esplendor, de sentirme sola, de miedo, de angustia, de sorpresas, de quietismo, de cambios, de decepciones, de amor, de rabia, de aprender, de impredecibilidad. 

Estos días he intentado hacer un recorrido en mis recuerdos se terminaron condesando en este último año, en lo difícil de despertarme en las mañanas con una sonrisa después de llorar toda la noche, en lo difícil de articular palabras, proyectos, pensamientos, en lo difícil de dejar de pensar, de recordar, de no saber como decirle al corazón que no duela. En lo difícil del encierro, no solo físico sino mental. También tuve rabia, ira, impotencia, también aprendí a culparme de las cosas, más bien a intensificar esa culpa, creo que este año una parte de mi murió y otras nacieron, 

Mi duda de vida, era que es el amor, este año lo aprendí, aprendí a saber que nunca podré definir que es el amor porque amor es todo. He tenido tantas ganas de gritar, de contar la misma historia una y otra vez porque aún hay cosas que extraño.

Siempre he querido muchas cosas pero tenia miedo del mundo pero principalmente de mi, creo que los 25 años vienen llenos de alivio conmigo, con el mundo. Hace unos días mi padre me dijo gracias por nacer por favor sé feliz... me dijo que encuentre alguien que me ayude a ser más feliz y me pregunte que es lo que sabe? Lee a través de mi? Recuerdo que hace un tiempo le pedí un consejo y no sabia que decir, debería contarte? ¿Cómo se que estoy siendo feliz? ¿Por qué cuando dijo se feliz pensé en ti? ¿Eso significa algo? Todavía el corazón toma vida ante esas respuestas, todavía me ayuda a sonreír más. 

Desde que nací todo ha sido cuestión de improvisar de aprender autónomamente y a construir con las cosas que tenía en el camino, hay lugares en los que permanecí poco tiempo, otros en los que siento que me quedé más de la cuenta, otros a los que me dio miedo pertenecer. Sin embargo, en cada lugar encontré a personas que me daban rastros de cómo continuar, pistas del mundo que aún me queda por descubrir. Mientras recuerdo otra vez viene la pregunta ¿he sido feliz?; y sí lo he sido, he tenido varios momentos felices, las personas se convirtieron en refugios, aprendí que la vida iba más allá de lo obvio que todo mundo puede ser familia. 

Crecí siendo hija de varias personas, no obstante, creí que debo agradecer a mis padres, nunca hablo sobre ellos en demasía ni me gusta responsabilizarles de quien soy. En general me gusta agradecerles por la libertad que me dieron por dejarme conocerles como seres humanos, tan desperfectos con tantas actitudes que cuestionar por dejarme reconocer en ellos; sin embargo, creo que de ellos aprendí mi desinterés por juzgar, la fe en el mundo, las ganas de conocer cada detalle y de ir de un lugar a otro. 

Estoy aquí, y en cada lugar de cierta forma, soy la unión de varios caminos de momentos de historias. No puedo describir que la vida hasta ahora ha sido solo feliz o triste, supongo que he aprendido todo lo que he podido todo lo que he deseado todo y cuanto he soportado. 

La palabra de este año era impredecibilidad, así fue todo en los 24 años, todo salió como mi plan C. 

Esta vez quería empezar por agradecer por la existencia de dos seres que han marcado un antes y un después en mi vida, llegaron como sabiendo que los esperaba y aunque el uno se transformó y esta ahora en todos los espacios y el otro ha decidido emprender otros caminos, agradezco haber coincidido y especialmente gracias porque a los dos seres que he amado en este tiempo hicieron que  por un largo tiempo mi mundo sea menos solitario. Aunque el último ser sigue haciendo que mi mundo sea menos solitario, después de hoy debo seguir confesando que te amo, que escucharte decirlo sigue poniendo mi mundo de cabeza  y no se que signifique ir por la vida sin ti, ni lo que pase en el futuro pero espero seguirte amando sin importar los años. Y mientras mas lo pienso más quiero quedarme en tus brazos, son una casa acogedora, creo que fue el mejor regalo que pude tener, amarte. 

Ahora quiero agradecer a cada persona, vivir tanto tiempo no ha sido fácil pero me ayudado a ser...


-Einor



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