martes, 24 de noviembre de 2020

CAPITULO QUINIENTOS SIETE

Hallazgo

Había ignorado que desde que el exterior ha entrado en caos he evitado responder si estoy bien porque al mínimo pensamiento empezaba a llover, me asustaba que cada vez que eso sucedía, se sentía como lo único que podía hacer inclusive se sentía tan natural. 

En la vida cada quien se cuenta su propia historia para seguir viviendo o para matarse cada día, cada quien añade personajes, e incluso eligen una trama principal que será el eje que la guíe. Cada individuo se convence de las cosas a las que debe aferrarse como un deber con el mundo o consigo mismo. En mi caso el dilema de vida radica en las exigencias desenfrenadas con el mundo y sobre todo con mi ser.

Mientras le vamos dando sentido a la historia muchas veces nos perdemos en nuestra propia narrativa, si bien sabemos que es un invento nuestro, hacemos todo lo posible por creérnoslo como una verdad universal, incluso llegamos a creer que el camino que elegimos es el único existente.

Conocer a alguien valiente que se de cuenta que uno vive mintiéndose todo el tiempo y quiera evidenciarlo, es complejo y más por cómo funciona el mundo. Siempre deteste que la gente quiera vivir por otros, quiera cumplir sus sueños por otros como si eso fuera realmente la vida, sin embargo no me había dado cuenta que a veces soy una de esas personas. 

Siempre inventaba mi narrativa pensando que cuando ya no me necesiten me iré, que sería libre cuando logre cumplir con el objetivo pero no ha resultado así, voy comprendiendo que ya sea por costumbre, por egoísmo, por apego, por qué la vida puede parecer mejor, vivo sintiendo la responsabilidad de quedarme. 


-Einor

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